¿Qué creemos?

  1. La autoridad de la Biblia. Las Escrituras son inspiradas, infalibles y absolutamente autoritativas en todo asunto de fe y práctica.
  2. La Trinidad. El Único Dios verdadero existe en tres Personas distintas e iguales: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
  3. La universalidad del pecado. Todos los hombres nacen con una naturaleza caída heredada del primer hombre, Adán. Esta naturaleza caída tiene como resultado la rebelión contra Dios y la desobediencia a Su ley. Todos los hombres son pecadores y necesitan reconciliarse con Dios.
  4. La encarnación del Hijo de Dios. Hace 2000 años, el eterno Hijo de Dios fue concebido en el seno de una virgen y nació el Dios-Hombre, Jesús de Nazaret. Era plenamente Dios y plenamente hombre.
  5. La muerte de Cristo. Jesucristo, el eterno Hijo de Dios, llevó nuestros pecados en la cruz del Calvario y murió en nuestro lugar como sacrificio sustitutivo. Su muerte satisfizo las demandas de la justicia de Dios contra nosotros, aplacó la ira de Dios hacia nosotros, e hizo posible que Dios continúe siendo justo mientras perdona a los culpables.
  6. La resurrección de Jesucristo. Después de tres días en la tumba, Jesucristo resucitó de entre los muertos con el mismo cuerpo físico con el que había muerto. Su resurrección fue un acontecimiento real en la historia de la humanidad.
  7. La salvación por medio de la fe. La obra redentora de Cristo fue perfecta. No tenemos necesidad ni capacidad de añadirle nada a nuestra salvación. La salvación es por gracia, por medio de la fe, y no es por nuestro propio mérito, es un don de Dios (Efesios 2:8-9). Hay «un solo mediador entre Dios y los hombres» (1 Timoteo 2:5), y solo hay un Nombre dado a los hombres en el que pueden ser salvos: Jesucristo (Hechos 4:12).
  8. El Espíritu Santo. El Espíritu Santo es Dios, la tercera Persona de la Trinidad; Él mora en el corazón de todo aquel que se convierte genuinamente por medio de la fe en el Señor Jesucristo.
  9. La Segunda Venida. Jesucristo regresará a la tierra para salvar a Su Iglesia y juzgar al mundo. Su venida será visible, corporal y conocida por todos.
  10. El Cielo y el Infierno. Todo ser humano vivirá para siempre en uno de estos dos lugares: el Cielo o el Infierno. Los redimidos pasarán la eternidad en el Cielo en la presencia favorable de Dios. Los incrédulos pasarán la eternidad en el infierno, excluidos de la presencia favorable de Dios.

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